miércoles, 29 de septiembre de 2010

Pollo, en trozos al horno

Cuando el supermercado de al lado de tu casa pasas por la sección de las bandejas de carnes, refrigeradas y bien iluminadas, ves que van del rojo al blanco en una escala gradual de colores y precios. Rojos de buey o ternera o vaca o añojo, hasta los más claros y menos caros del pollo. Pollo en bandejas. Si quieres algo rápido y que no sea difícil de preparar, eliges las pechugas. Lo más seco y caro del pollo. Los huesos son sinónimo de más barato y jugoso. Que se lo pregunten a mis hijos y al rabo de buey o toro. Si una cosa es tres veces más caro que otra con hueso, de inmediato, la elección pasa de la bandeja al bicho entero y sin plumas. Un pollo entero. Se afila el cuchillo y se despieza el pollo troceándolo. Se sacan las pechugas y se ponen a parte. Lo que costarían las dos pechugas, son las causantes de que podamos degustar gratis este esquisito plato que haremos con el resto.

Se ponen los trozos sobre la bandeja del horno a 180º untada un poco de aceite. En cazo aparte pondremos agua a hervir con una pastilla de caldo natural. Una vez disuelta y caliente en los primeros momentos se rocían las piezas. Como en cualquier asado es primordial añadir agua para evitar que se seque la carne. En sartén aparte, se fríen cuatro dientes de ajo bien picaditos. Al dorarse se le añadirán unos pocos champiñones en láminas y la carne roja de un pimiento. Se le añade una cucharadita de harina y se rehoga con un poco de agua. Finalmente se esparce en el horno sobre los trozos de pollo, remojando unos diez minutos más. Suculentos trozos de pollo, con champiñón, pimiento, caldo y ajo.

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