viernes, 31 de diciembre de 2010

Última Sopa de Ajo


Que mejor que despedir el año, con una sopa de ajo. Esta comida reconstituyente en los días fríos, me ha salido un poco más bravita que de constumbre. Acostumbro a medir mi rasera pizca de pimentón, en 'okal' de la Vera, como rojo elemento. Hoy he destapado el frasco, más bien latita, de las esencias pimentoneras de Aldeanueva del Camino, que me regalara un amigo autóctono, todo queda en Cáceres o lo que viene a ser media Extremadura. Abrí la latita con la punta de atrás del cuchillo que corta el pan y el ajo, y en algo más de un tercio del rojo, le añadí al pan ya rehogado en aceite. Las otras tres partes, del que acostumbro de la Vera y del año. Bravitas, pues le adorna un estandarte al escudo del Arcángel una escueta leyenda: 'pimentón picante'. Cierto es decir, que aunque bravas, están exquisitas. Sopas de Ajo, que como decía mi abuela –reviven a un muerto–. He de apuntar, también que, aunque las he tomado para comer, sobran y, sobran las palabras decir, que no hay mejor comienzo de Año Nuevo que un plato caliente exquisito como este.

1 comentario:

Begoña RDiaz dijo...

las sopitas de ajo, contundentes, mejor saben con cazuela de barro y cuchara de madera, cogidas en la mano y con un trapo de cocina debajo para no quemarte... y recien llegada de la calle con mucho frio...y alimenant que es una delicia...
Recomendación de mi abuela.
un besote.
Bego (ñita)